Los recuerdos de quienes han emprendido el vuelo eterno, siguen vivos en nuestros corazones y se entrelazan con los nuestros. A pesar del paso del tiempo, su legado de amistad y lealtad perdura. La huella que dejaron en nuestras vidas es eterna.
Cada uno de ellos contribuyó a la hermandad que compartimos, forjada en la juventud y sellada en los desafíos militares, profesionales y personales que enfrentamos juntos.
Sus vidas nos recuerdan la importancia de la amistad y la camaradería, valores que siempre llevaremos con nosotros. Sigamos adelante inspirados por su espíritu, unidos por los lazos que construimos hace más de cuatro décadas.
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